El kéfir es una bebida fermentada ligeramente efervescente y agria. Se elabora a partir de un conglomerado de microorganismos (también llamado kéfir) y leche entera de vaca en su versión tradicional y más popular, aunque en la actualidad se pueden elaborar bebidas hechas con leche de cabra o de coco. También existe una versión confeccionada sólo a partir de agua azucarada.

La leche kefirada, como también se le conoce a la bebida, proviene de las montañas que dividen el este de Europa y Asia. Aunque ha sido muy popular durante siglos en su región de origen, recientemente ha ganado gran popularidad en la cultura occidental debido a que algunos le atribuyen propiedades superiores a las del yogur.
Su preparación es sumamente sencilla y consiste solamente en poner a fermentar de manera controlada la leche fresca o pasteurizada con los gránulos de kéfir. En la elaboración del kéfir ocurre una doble fermentación láctica y alcohólica, lo que la diferencia del yogur. Luego el líquido es filtrado y refrigerado. Hoy en día, la bebida es comercializada en todo tipo de variedades; por lo que, si no deseas elaborarla tú mismo, puedes comprarla en el mercado.
El valor nutricional de la bebida depende en buena medida de la calidad y valores nutricionales de la materia prima empleada. Al ser elaborada a partir de leche, es un alimento rico en calcio, potasio y vitamina D, además de proteínas y vitamina A. El kéfir también aporta una amplia variedad de compuestos bioactivos derivados del proceso de fermentación, incluyendo ácidos orgánicos y péptidos, que contribuyen a aumentar sus propiedades medicinales. Todo lo cual lo convierte en una maravillosa fuente de nutrientes.
Siendo una bebida probiótica, el kéfir tiene varios beneficios para la salud. Los gránulos de kéfir están constituidos por alrededor de 60 cepas diferentes de levaduras y bacterias, por lo que la bebida obtenida es uno de los alimentos probióticos más potentes que existe. Este es el motivo principal por el que la leche kefirada se considera un alimento superior al yogur. Así, la leche kefirada ayuda a la digestión, a la regulación del peso corporal y a mantener la salud mental.
Además, se cree que ciertos probióticos en la leche kefirada protegen contra infecciones, en específico el Lactobacillus kefiri, que se encuentra únicamente en el kéfir. Varios estudios han demostrado que este probiótico puede inhibir el crecimiento de varias bacterias patógenas como la Salmonella, la Helicobacter pilori y la E. coli. Un tipo de carbohidrato presente en el kéfir, el kefirán, también tiene propiedades antibacterianas.
Por ser un alimento rico en calcio y vitamina D, el kéfir ayuda a fortalecer los huesos y a combatir la osteoporosis. La bebida elaborada a partir de leche entera proporciona además vitamina K2, la cual posee un papel fundamental en el metabolismo del calcio y está relacionada con una disminución del riesgo de padecer fracturas.
Una de las propiedades medicinales que más ha llamado la atención es su presunto efecto protector contra el cáncer al actuar como estimulante del sistema inmune. De hecho, un estudio de laboratorio encontró que el extracto de kéfir reduce en un 56% el número de células de cáncer de mamas, comparado con sólo un 14% de reducción al utilizar extracto de yogur. Sin embargo, tenga en cuenta que son estudios de laboratorio solamente.
Los probióticos como el kéfir también ayudan a restablecer el balance de microorganismos en el sistema digestivo y son altamente efectivos en el tratamiento de diversas formas de diarrea. Pueden aliviar, además, varios problemas del sistema digestivo como el síndrome del colon irritable o las úlceras causadas por H. pylori.

En algunos estudios en animales, el kéfir ha demostrado suprimir la respuesta inflamatoria relacionada con las alergias y el asma. Aunque todavía falta demostrarlo en humanos, las personas con un sistema inmune más sensible son más propensas a padecer de alergias, que en algunos casos pueden provocar incluso asma, y ya sabemos que la leche kefirada tiene un efecto estimulante sobre el sistema inmune.
Por otra parte, al ser un alimento de bajo contenido de lactosa y poseer en su composición microorganismos que pueden ayudar en la digestión de este carbohidrato, es un producto lácteo generalmente bien asimilado por personas que padecen de intolerancia a la lactosa. Tenga en cuenta además que no solamente de leche se puede elaborar kéfir.
En resumen, el kéfir es una bebida fermentada muy saludable y fácil de elaborar, con infinidad de opciones diferentes. Varios estudios sugieren que estimula el sistema inmune, ayuda a combatir los problemas digestivos, mejora la salud de los huesos y podría combatir el cáncer. La ingesta de sólo un vaso de kéfir cada día podría traerte varios beneficios para la salud al tiempo que disfrutas de una bebida agradable.
¿Te animas a probarlo? 😋